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¿Cómo podemos apoyar de mejor manera a las mujeres emprendedoras rurales e indígenas del sureste de México?
El sureste de México es conocido por su notable diversidad cultural y biológica. Sin embargo, se enfrenta a una situación paradójica al ser una de las zonas más desfavorecidas del país, rezagada en indicadores económicos, educativos y sanitarios. La desconexión entre esta inmensa riqueza natural y cultural y la prevalencia de la pobreza pone de relieve la compleja dinámica en juego.
El sureste de México, hogar del mayor número de poblaciones indígenas del país, ha sufrido históricamente marginación, discriminación racial y una mayor desigualdad de género. En medio de la adversidad, muchas mujeres indígenas y rurales de la región se han convertido en emprendedoras exitosas para apoyar a sus familias y comunidades. Sin embargo, estas mujeres a menudo se enfrentan a barreras que les impiden acceder a financiación formal para apoyar y hacer crecer sus negocios.
“Vivimos en comunidades donde no está bien visto que salgamos a trabajar… muchas de las compañeras que se han quedado no tienen ese apoyo familiar… son regañadas y hasta golpeadas…”
– Artesana en Chiapas, México
En 2019, Dalberg firmó el compromiso “Neutral is Not Enough”, comprometiéndose a aplicar una perspectiva de género como práctica habitual en todos sus proyectos.
El equipo de Dalberg colaboró estrechamente con Pro Mujer, una destacada organización de desarrollo sin fines de lucro que ofrece programas de inclusión financiera, salud y educación a mujeres de bajos ingresos en América Latina. Llevamos a cabo un estudio fundacional sobre los medios de subsistencia de las emprendedoras rurales e indígenas en el sureste de México para informar y apoyar la expansión de la organización a la región. El artículo que sigue está basado en un conjunto de trabajos que abarcan cinco estados de México. Colaboramos con Pro Mujer, con financiamiento proporcionado por la Fundación W.K. Kellogg y Google, a lo largo de varios proyectos.
Utilizando herramientas de diseño centrado en el ser humano (DCH), el equipo de Dalberg conoció las perspectivas de los distintos actores de la región, tanto de las emprendedoras como de los proveedores de servicios locales con los que podrían interactuar. Esta investigación nos permitió ahondar en la economía familiar, la experiencia empresarial, los retos de dirigir un negocio en zonas rurales y las aspiraciones futuras de cincuenta emprendedoras. Utilizando un conjunto de variables de segmentación, desarrollamos arquetipos para diferenciar los distintos tipos de emprendedoras de la región y sus necesidades financieras y no financieras específicas.
Luego hicimos un estudio complementario de investigación cuantitativa y documental para comprender las diferencias demográficas, económicas y de infraestructura entre cinco estados del sudeste. Mediante este análisis, también pudimos tener una idea más clara de los productos y servicios financieros y no financieros ofrecidos en cada estado, lo que nos permitió identificar brechas y oportunidades para que Pro Mujer atienda estos mercados con éxito. Dalberg desarrolló caracterizaciones estatales detalladas y mapas de ecosistemas de los productos y servicios financieros y no financieros existentes ofrecidos por estado.
Después de adquirir un conocimiento más profundo de los estados del sureste de México y de las mujeres emprendedoras que viven en ellos, identificamos y analizamos el mercado de enfoque potencial de Pro Mujer. El equipo de Dalberg desarrolló principios de diseño y recomendaciones a considerar al crear productos financieros y no financieros para mujeres emprendedoras rurales e indígenas en la región sureste. Además, proporcionamos consideraciones para la implementación de estas recomendaciones que se espera beneficien a más de 10,000 mujeres emprendedoras de la región.
Las mujeres de la región del Sureste de México han sido durante mucho tiempo la fuerza impulsora del bienestar de sus familias, así como de la mejora del nivel de vida de sus comunidades. Empoderar a las mujeres indígenas y rurales a través de mejores vías hacia la independencia económica y el emprendimiento, es promover un crecimiento económico equitativo e incluyente en el sureste de México y ofrecer oportunidades muy necesarias a las comunidades vulnerables.
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