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Es hora de profesionalizar el impacto en la inversión de impacto. Así se hace:

Los últimos años de la década de los 60 se caracterizaron por una aplicación polémica e inconsistente de los principios de contabilidad financiera, con numerosas fusiones y adquisiciones en Estados Unidos y el auge del opinion shopping. Esto resultó en una mayor competitividad entre empresas de contabilidad que generó una crisis relacionada al uso y a la interpretación de dichos principios. Esta crisis fue el motor detrás del estudio “Wheat Study on Establishment of Accounting Principles, escrito en 1972, que resultó en la creación del Financial Accounting Standards Board (FASB) el 1 de julio de 1973.

Nos enfrentamos actualmente a una crisis similar concerniente a un tipo distinto de contabilidad. En esta crisis hemos visto una aplicación inconsistente de estándares profesionales de medición de impacto y de gestión dentro de las práctica de inversión. La inversión de impacto está en auge, tal y como ilustra el informe anual más reciente del Global Impact Investing Network (GIIN): de 2013 a 2018 el capital invertido anualmente aumentó un 32%, requiriendo la gestión de un total de US$ 503 mil millones de activos en inversión de impacto. Asimismo, ha aumentado la diversidad en los tipos de inversionistas y en los procesos de gestión y medición de impacto. Por esta razón, además de la necesidad de poder medir el progreso hacia el cumplimiento de los ODS e incrementar el interés y la participación de grandes empresas tradicionales de capital de inversión en el sector de inversión de impacto, se requiere una mejoría en los estándares profesionales y una mayor consistencia en su aplicación.

En respuesta a este reto, la Corporación Financiera Internacional (IFC), desarrolló sus principios operativos para la gestión de impacto. Sin embargo, una opinión ampliamente compartida en la industria y entre nuestros clientes es que los principios y las herramientas son demasiado poco precisos y no ofrecen suficiente orientación sobre cómo medir y reportar impacto. Este hecho ha tenido tres consecuencias directas:metodologías poco consistentes para la gestión de impacto, una falta de mensurabilidad de impacto, y una inhabilidad de comparar diferentes instrumentos de inversión de impacto.

No obstante, pese a que estas consecuencias hacen referencia a limitaciones reales de dichos principios,, consideramos que no hacen plena justicia al hecho de que las herramientas y los recursos necesarios para convertir la gestión de impacto en una práctica más profesional ya existen. A continuación exponemos una metodología de seis pasos para poner los principios de inversión de impacto en práctica. 

1.  Definir los propósitos estratégicos usando una tesis de impacto

La decisión más importante y estratégica que cualquier gestor de fondo debe tomar es cómo definir la tesis de impacto de su fondo. Una tesis de impacto se asemeja a una tesis de inversión en que integra las complejidades de la teoría del cambio de impacto en una sola narrativa acompañada por evidencia. El Impact Management Project (IMP) ha trabajado en los últimos años en generar un consenso global sobre cómo definir, medir, y gestionar el impacto usando la estructura de una cadena de valor. El IMP ha segmentado el concepto del impacto en cinco dimensiones: el cómo, el quién, el cuándo, la contribución, y el riesgo. Creemos que cada inversionista de impacto debe definir claramente estas cinco dimensiones para las inversiones de su fondo y recomendamos que la industria continúe con la adopción de este marco como el estándar para la definición de una tesis de impacto. 

2. Identificar las métricas y los objetivos de rendimiento clave asociados

Una vez definida una tesis de impacto, es imperativo identificar y definir objetivos cuantitativos asociados a dos o tres métricas clave para la inversión. Estas métricas deben estar íntimamente relacionadas con la actividad de las potenciales empresas del portafolio, deben poder ser recopiladas con facilidad, y deben estar basadas en  datos objetivos. Una buena herramienta que desde hace años está ayudando a inversores de impacto es el sistema IRIS+ creado por el equipo de GIIN. IRIS+ cuenta ya con suficiente  excelente trabajo de GIIN y su equipo, el sistema IRIS+ tiene suficiente momento para ser adoptado como el estándar de la industria para la contabilidad de impacto. IRIS+ proporciona un catálogo de métricas cuantitativas (principalmente métricas de desempeño) validado por la industria que puede ser utilizado para monitorear el desempeño social y ambiental de una inversión en relación a la tesis de impacto del inversionista. Para complementar estas métricas cuantitativas de desempeño, uno debe también considerar objetivos de impacto que sean más difíciles de cuantificar, como intención estratégica, y utilizar las métricas de IRIS+ en conjunto con estos objetivos no-cuantificables para pensar más rigurosamente sobre los compromisos, la transparencia, y el desempeño del impacto. 

 3. Desarrollar una herramienta para calificar el impacto esperado

El siguiente paso crítico es convertir la tesis de impacto y las métricas clave de rendimiento en una herramienta de monetización o de calificación para poder clasificar o comparar el impacto esperado de las oportunidades de inversión. Herramientas de este tipo traducen el impacto a una sola unidad común, lo que permite a los usuarios a identificar los compromisos entre diversas inversiones, a incrementar la transparencia, y a forzar conversaciones francas sobre las suposiciones utilizadas para estimar el impacto de cualquier inversión. Hemos tenido la oportunidad de evaluar algunas herramientas de monetización de impacto, incluyendo Anticipated Impact Measurement and Monitoring (AIMM) de la CFI, TPG Rise Fund’s Impact Multiple of Money (IMM), y Global Innovation Fund’s Practical Impact. Los inversionistas pueden desarrollar calificaciones de impacto para poder seleccionar inversiones que estén alineadas con sus objetivos al seguir las directrices de diligencia debida de impacto. Algunos inversionistas reconocidos, como Actis y Partners Group ya han utilizado este sistema y más firmas deberían de seguir su ejemplo. Después de una revisión y evaluación detallada de los pros y los cons de cada una, creemos que la mejor herramienta actualmente disponible es IMP impact classes y creemos que debe ser adoptada como el estándar de la industria. Las clasificaciones de impacto de IMP también son compatibles con otros sistemas de calificación y monetización de impacto, convirtiéndola en la herramienta más flexible y utilizable para una gran variedad de inversionistas y necesidades. 

4. Liderar planes de mejora de rendimiento de impacto en empresas del portafolio post-inversión

Una vez completada la inversión, es importante apoyar a las empresas del portafolio a lograr su impacto previsto. Se puede lograr esto a través de un marco de evaluación de impacto, como la herramienta B Impact Assessment (BIA) para asegurar y maximizar el impacto previsto y a la vez impulsar mejores resultados financieros. Estas herramientas de evaluación ayudan a informar a la cadena de suministro, a los estándares laborales y a la dirección sobre las fortalezas y los riesgos potenciales. De tal manera, permitiendo que se tomen medidas correctivas para mitigar los riesgos y al mismo tiempo asegurando que se logren los objetivos de impacto. 

5. Diseñar un marco de información para regularmente monitorear los resultados contra los objetivos

Es igual de importante definir el formato y la frecuencia para reportar información sobre los resultados obtenidos contra los objetivos de inversión. Sugerimos integrar las métricas y los objetivos de resultados con las métricas financieras y operativas ya establecidas y que todas las métricas se reporten en las fechas previamente establecidas para los indicadores financieros y operativos. Tener métricas integradas puede ayudar a las organizaciones a alinear sus actividades clave de negocio y decisiones de recursos de mejor manera y poder formular decisiones de inversión más eficientes y con mayor impacto. El estándar de la industria debería de ser actualizar e integrar métricas de impacto, financieras y operativas trimestralmente, con reportes anuales de impacto producidos en conjunto con o dentro de los reportes de resultados financieros. Herramientas integradas que utilizan Salesforce ya existen y demuestran cómo esto podría funcionar en la práctica. Esta es la práctica actual para la inversión en cuestiones sociales, medioambientales y de gobernanza (ESG), y debería de ser replicada por todos los gestores de fondos de impacto. 

6. Utilizar una auditoría de cumplimiento de impacto para verificar que los principios estén siendo aplicados consistentemente

El último paso crítico para basar la práctica en estándares comunes de la industria es desarrollar un marco que ayude a asegurar la integridad de las actividades de inversión de impacto de los inversionistas bajo los principios operativos de inversión de impacto del IFC. Este marco debe ser aplicado por un equipo de auditores certificados independientes, quienes verificarán que el inversionista esté actuando conforme a los principios en la práctica. El proceso sería similar al proceso utilizado hoy en día por firmas de auditoría financiera para validar que los estados financieros cumplan con el estándar común. Nos gusta el proceso desarrollado por Tideline, el cual evalúa el cumplimiento, la calidad, y la profundidad de cada componente de los principios o la herramienta de garantía de impacto del PNUD, la cual permite hacer mejores comparaciones de mercado y proporciona un sistema de puntuación. Para avanzar, estos procesos deben ser utilizados voluntariamente o adaptados por todos los inversionistas de impacto que se adhieran a un estándar común. 

Para finalizar, nos gustaría subrayar estos seis pasos como fundamentales para lograr profesionalizar la medición y gestión de impacto en la práctica. Todos los administradores de fondos pueden estar tentados a pensar que saben más y que pueden crear sistemas superiores, y hechos a la medida, para sus propias necesidades. Aunque apoyamos la innovación, la investigación demuestra que la inversión de impacto se beneficiaría si más inversionistas — independiente de clase de activo, estructura legal, o geografía — adoptaran los pasos estandarizados y las herramientas discutidas anteriormente. Hemos trabajado con un rango extensivo de clientes para lograr sus resultados deseados, haciendo justo esto. No duden en contactarnos si están interesados en aprender más.

Kusi Hornberger es Socio Asociado en Dalberg Advisors en la oficina de Washington, DC y co-lidera la Práctica de Finanzas e Inversión; y CJ Fonzi es Socio en Dalberg Advisors en la oficina de Kigali, Ruanda y lidera la Práctica de Monitoreo, Evaluación y Aprendizaje.

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